Luchs vive en las afueras de la ciudad, donde regenta una tranquila y rústica posada. Se ha pasado toda la vida siendo fiel al código de honor transmitido en su familia durante generaciones:
Por mala suerte a la posada todavía no ha recibido a ni un solo huésped desde su inauguración. Es por eso que a Luchs no le queda más remedio que buscar y vender cristales para llegar a fin de mes, puesto que son la fuente de combustible más valiosa de la isla. Un día, mientras buscaba cristales, se encuentra con una bella doncella encerrada dentro de un gigantesco cristal. Su abrupto despertar provocará una serie de acontecimientos inesperados, entre los que se incluyen malvados enemigos, habilidades increíbles y misterios milagrosos
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